En este artículo te contamos cómo la DGT quiere deshacerse de cada «vehículo okupa» estacionado en nuestras calles. Seguro que cada día te cruzas con alguno de ellos a diario. Con ese término se designa a los coches que llevan abandonados durante mucho tiempo en las aceras o aparcamientos públicos y privados de nuestras ciudades. Según publicó en su cuenta en Twitter, el pasado 20 de enero, la Dirección General de Tráfico, la instuestima que en nuestro país “cada año se abandonan 50.000 vehículos en las vías públicas y otros 20.000 en aparcamientos privados”.
¿Cómo pretende acabar la DGT con cada “vehículo okupa”?
La DGT se ha propuesto agilizar el trámite para retirar cada “vehículo okupa” de nuestras calles y aparcamientos. Para ello, se ampara en el Artículo 106 de la Ley de Tráfico. Mediante este marco legislativo, la Dirección General de Tráfico “pretende afrontar la difícil tarea de gestionar la destrucción y descontaminación de aquellos vehículos que por diversas circunstancias y en diferentes situaciones son abandonados por sus titulares”.
Es decir, la institución que vela por la Seguridad Vial en nuestro país, recoge una serie de supuestos que motivan el “tratamiento residual de un vehículo”:
- Los vehículos que no estén acogidos a la Ley de Contrato de Aparcamiento, si transcurre un mes de plazo después de avisar al titular de que retire el vehículo, y este no lo hace el coche será retirado.
- Cuando esté estacionado en un lugar por más de un mes y tenga desperfectos que impidan su movilidad.
- Si un vehículo está en un recinto privado a consecuencia de una avería o accidente y el titular no responde en dos meses.
Una vez transcurridos los plazos descritos, la autoridad competente lo trasladará a un Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos (CAT), en donde se procederá a su desguace y descontaminación.
La DGT propone que los vehículos abandonados tengan una segunda vida
¿Qué ocurre si estos “vehículos okupas” están en perfectas condiciones? Es decir, si hay un vehículo estacionado y supera los plazos establecidos que hemos descrito en el apartado anterior, y no presenta ningún tipo de deterioro y funciona correctamente, la DGT propone darles una utilidad pública. Concretamente, la Dirección General de Tráfico pretende dar a estos coches, que han sido abandonados y no reclamados por su titular, una “segunda vida”. Concretamente, se destinarán para que los agentes los usen en servicios de vigilancia en nuestras carreteras.
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